Yoga

Sobre mi

MIKEL

Soy Mikel Díez Latorre, nací en Navarra en 1986.

Tras licenciarme en Económicas y tras unos cuantos viajes por Europa y Latinoamérica, descubrí el Yoga. Tuve la oportunidad de formarme en Sanatana Dharma, en el Ashram del Maestro Madhava. Por el camino me he ido cruzando con gente de la que me he nutrido mucho. En esto del Yoga, como en la vida, uno nunca deja de aprender.

Esta práctica milenaria me ha aportado herramientas para ir paso a paso deshaciendo bloqueos físicos, emocionales y mentales. Y de alguna manera, para ir poco a poco aprendiendo a confiar más en la vida e ir disfrutando del simple hecho de existir, de ESTAR, DE SER.

Por eso, para mi es un placer impartir clases de Yoga y las puertas de Ailur
siempre estarán abiertas a toda persona que quiera descubrir y experimentar el Yoga.

Sobre mi

MAIALEN, DIRECTORA DEL CENTRO

Me llamo Maialen Zabalbeaskoa Koch, y vivo en Estella/Lizarra.

Estoy especializada en masajes de distintas culturas, así como el Yoga, el cual es mi mayor herramienta para la vida y para el bienestar. Al cabo de mi carrera profesional he ido aprendiendo diferentes técnicas de masaje, todas enfocadas en mi pasión, hacer sentir mejor a mis clientes.

Formación en la Escuela de Masaje Thailandes de España durante el periodo de un año. Así como en la Escuela de Yoga Integral Mahashakti, donde me especialicé en Yoga Infantil , Adultos y Yoga en columpio.

Espero poder transmitir y ayudar con todo el amor y cariño del mundo al que esté interesad@ en querer estar mejor.

Hobe egotea posible da, zuretzat,zuretzako.

Sobre mi

ITZI

Soy Itziar Martínez Arbeloa.

Diplomada en Trabajo Social, gran parte de mi trayectoria laboral ha consistido en acompañar a personas en el ámbito de lo social. Con el deseo de seguir creciendo, me formé en Terapia Gestalt y Bioenergética, procesos que han marcado mi vida, y me permiten ver a las personas, sus cuerpos y sus realidades de forma más profunda y comprensiva.

Me adentré en el mundo del yoga en el momento, probablemente, más duro de mi vida; por eso llegó, porque lo necesitaba. La práctica me aportó la serenidad que me faltaba, me permitió aceptar y afrontar la realidad, encontrar el silencio y la paz interna.

Desde entonces, mi vida ha cambiado, yo he cambiado. Estoy infinitamente agradecida a esta sabiduría sagrada, a quienes me la enseñaron, y a quienes acompaño y aprendo con ellas cada día.

El yoga (“unión”) es para mí equilibrio entre desafío y comodidad, entre cuidado y esfuerzo, es comunión entre mi mente y mi cuerpo. Me permite conectar con algo que no puedo explicar con palabras, que siento y vibro dentro de mí.

Agradecida de acompañar en el silencio, de facilitar espacios de encuentro con una misma, para aceptar todo tal y como es, para conectar con lo que realmente somos, pura esencia de amor.

Convencida de que somos mucho más de lo que se ve, de que el cuerpo es el vehículo para llegar a partes inimaginables de nosotras mismas, es nuestro sagrado templo. El yoga es un camino hacia donde tú quieras llegar, un trabajo a través de todo tu ser (cuerpo, mente y alma).